Infundibulum Scientific

EL ESPAÑOL EN EL ACTUAL SÁHARA OCCIDENTAL: UNA LENGUA DE IDENTIDAD Y DE RESISTENCIA ANTICOLONIAL

L’espagnol au sein de l’actuel Sahara Occidental : une langue d’identité et de résistance culturelle

Spanish in actual Western Sahara: an identity and cultural resistance language

KONÉ Odanhan Moussa
Université Alassane Ouattara Bouaké
Département d’espagnol
odanhanmoussa@gmail.com

Résumé

Mots-clés, Keywords, Palabras clave

Sahara Occidental- español – recolonización – Identidad – resistencia
Sahara Occidental- espagnol- recolonisation- identité- résistance
Western Sahara- Spanish – recolonization – Identity – resistance

TEXTE INTÉGRAL

Introducción

Con Guinea Ecuatorial, el Sáhara español actualmente denominado Sáhara Occidental, son los dos territorios hispanohablantes de África. Si el primer es ahora independiente desde 1968 y tiene la lengua española como una de sus lenguas oficiales, en cuanto al segundo, su situación es hoy problemática. Tras sufrir la colonización española, experimenta en la actualidad, la marroquí. En 1976, España se retiró del territorio abandonándole a Marruecos y Mauritania. A partir de aquel entonces, el reino jerifiano emprendió una recolonización de los saharauis por ocupación y asimilación. Esta asimilación se hace por la eliminación de la herencia lingüística colonial española para confundir la naturaleza y el estatuto del territorio como excolonia española y como miembro de la Hispanidad. Ante esta agresión marroquí, los saharauis emprendieron una guerra independista para afirmarse como saharauis muy distintos de los marroquíes que son sus vecinos. Para valorar su conciencia histórica y su existencia de como pueblo independiente hispanohablante, los saharauis, resisten a la política de adoctrinamiento marroquí. En realidad, la lengua de Cervantes es una de las cosas que haya supervivido a la retirada vergonzosa española del Sáhara Occidental. Se presenta como una herencia lingüística colonial.

El objetivo de este trabajo es demostrar que, ante la recolonización de su territorio, los saharauis convocan la lengua española para diferenciarse de los nuevos colonos y para resistir contra su política de asimilación. Para alcanzar dicho meta, hace falta contestar a las siguientes preguntas ¿cuál es la función de la lengua española en Sáhara Occidental el actual? ¿Cómo una lengua de implosión colonial puede ser un arma defensiva antimonial? Para contestar a estas interrogaciones, este artículo analiza el papel que desempeña la lengua española en el Sahara Occidental tras la retirada española del mismo. Así, primero se examina brevemente la presencia española en el territorio. Luego, sacamos a flote la política re-colonialista marroquí del territorio a través de la imposición del francés y del árabe en la “provincias del Sur”. Para terminar, vemos cómo la lengua española se ha convertido en una seña de identidad cultural de los saharauis en una región francófona y como una herramienta de resistencia a la ocupación marroquí de su tierra.

  1. Breve historia colonial del Sahara Occidental: de la presencia española a su retirada

Entre 1884-1885 las principales potencias europeas se reunieron en Berlín celebrando una Conferencia en la que decidieron de las reglas del reparto del continente africano. Esta conferencia, abrirá el camino a la colonización del continente. En esa Conferencia internacional, algunos territorios en el norte y oeste del Sahara y en el golfo de Guinea han sido asignados a España. Pero, otras potencias europeas codiciaban el oeste del gran desierto del Sahara. Fue el caso de Francia que desde décadas estaba presente en la región sobre todo en territorios actuales que corresponden a Argelia, Marruecos y Mauritania. Las rivalidades franco-españolas para el control de la región tomaron fin merced a tres convenios firmados en 1900, 1904 y 1912. En los convenios se delimitaron los territorios españoles y franceses en el norte oeste de África y en el golfo de Guinea. Fue de dichos acuerdos hispano-franceses, que nació la colonia española del Sahara, llamada Sahara español.

A partir de 1934 España reorganizó administrativamente su nueva posesión. Así, se repartieron el Sahara Español en cuatro zonas: Río de Oro, Saguia el Hamra, Cabo Juby e Ifni, que en 1958 pasan a ser provincias españolas (M. García, 2016, pp. 197-215). La provincialización del territorio disgustó mucho a Marruecos que desde inicio del año 1950 emitía reservas sobre la presencia española en el Sahara Occidental. Marruecos, tras sus independencias de Francia y España en 1956, una de sus primeras exigencias fue reivindicar el Sahara Occidental como parte integrante de su reino. Mauritania hizo igual tras su independencia de Francia en 1960. Pese a estas reivindicaciones, en 1963, las Naciones Unidas incluían el Sahara en la lista de los territorios que descolonizar y con derecho a la autodeterminación mediante un referéndum.

A este referendo se opuso Marruecos, manifestando sus planes anexionistas y organizando la Marcha Verde el 6 de noviembre 1975. La marcha cruzó los límites de la colonia sin encontrar respuesta defensiva ninguna por parte del gobierno español que, por entonces, estaba más atento a la agonía de Franco (R.D. Hernández, 2014, p. 3). El 14 de noviembre del mismo año, España convocó el controvertido Acuerdo de Madrid. En el mismo, se estableció el abandono definitivo del Sahara por parte de España y su partición entre Marruecos y Mauritania. En virtud de las resoluciones del acuerdo, se debería establecer una administración provisional constituida por España, Marruecos y Mauritania y España debería abandonar el territorio en 1976. Al cumplir sus compromisos, los últimos soldados españoles abandonaron el Sahara. De inmediato, Marruecos y Mauritania ocuparon el territorio. La población saharaui, hostigada por los ejércitos de ambos países, se refugió en el desierto al sur de Argelia, en Tinduf, en campamentos. A partir de entonces, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), proclamada por el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y el Rio de Oro) el día siguiente la retirada española del territorio, emprendió una guerra de liberación contra los ocupantes. Mauritania se retiró del conflicto en agosto de 1979, Marruecos quedado solo, se anexionó la zona mauritana (R. D. Hernández, 2014, p.4.) Desde entonces, el Sahara Occidental está en situación de recolonización por parte del Reino jerifiano.

 

  1. La recolonización marroquí del territorio: la imposición del francés y del árabe en las “provincias del Sur”

El reino de Marruecos fue un antiguo protectorado francés y español de 1912 hasta 1956. El país obtuvo su doble independencia de Francia el 2 de marzo de 1956 y de España el 7 de abril del mismo año. Pero para las élites marroquíes, la independencia del reino queda incompleta porque el Sahara occidental que consideran como parte del reino jerifiano sigue quedando bajo ocupación española. Así nació el proyecto de Gran Marruecos[1] que consiste en anexionar el Sáhara español, que para los marroquíes constituye sus Provincias del sur[2].  No obstante, no fue hasta la década de 1970 cuando la reivindicación marroquí de la colonia española se ha convertido en un objetivo fundamental para el rey Hasán II, padre del actual monarca, Mohamed VI. La justificación se encuentra en el hecho que, por aquella época, el monarca tenía una turbulenta relación no solo con su Ejército sino también con la oposición política. (I. Cobo y F. Menéndez, 2006, p. 40).

El monarca escapó milagrosamente a dos intentos de golpe de Estado entre 1971 y 1972. Esta situación le hizo querer alejar a parte de sus tropas lo máximo posible de la capital, Rabat, enviándolas a la frontera con el Sáhara español. Por esta estrategia, el régimen hassanista pudo ahuyentar el peligro de un nuevo levantamiento contra el rey. Est e comenzó una intensa tarea de excitación para centrar la atención popular en otro lugar, proclamando continuamente, tanto dentro como fuera de sus fronteras, su intención de recuperar un territorio que consideraba suyo. (O. M. Koné, 2019, p. 44).

El régimen de Hassan II llevó el asunto ante el Tribunal Internacional de Justicia en 1974 y orquestó en seguida la invasión del Sahara español mediante la Marcha verde en noviembre de 1975. La anexión del territorio por Marruecos obligó España en organizar los Acuerdos tripartitos de Madrid. En dicho Acuerdo, España en su calidad de potencia colonial, decidió poner fin a su presencia en el territorio y transferir su Administración a los Estados que lo reivindicaban, o sea Mauritania y Marruecos. Así, de una colonia y provincia española, el Sahara español pasó a ser una colonia marroco-mauritana cuando España cumplió con su promesa de poner fin a su presencia en el territorio el 28 de febrero de 1976. (Véase Declaración del Acuerdo de Madrid, 1975). Ese día, los civiles españoles fueron evacuados rápidamente. Los últimos militares se marcharon del país dos meses después, llevándose con la bandera española. Pero, no pusieron irse con su idioma, que quedó en el territorio como un legado lingüístico y cultural.

La colonización es el hecho y el efecto de colonizar o sea anexar y administrar un territorio geográficamente diferente. Por extensión, recolonizar es colonizar de nuevo o volver a hacer de un territorio una colonia. En cuanto a una colonia, según la Real Academia (2021), es  “un territorio fuera de la nación que lo hizo suyo. Un territorio dominado y administrado por una potencia extranjera”. El dominio marroquí sobre el Sahara Occidental no toca solo a aspectos políticos y económicos.  (M. Palé y O. Koné,  2020, pp. 270–284). Las consideraciones sociales y culturales desempeñan una función capital en el intento marroquí de asimilación de los saharauis. En efecto, desde la ocupación de la antigua colonia española en 1976, las autoridades marroquíes están conscientes de que la diferencia lingüística entre marroquíes y saharauis puede ser un obstáculo a su política anexionista.  Por lo tanto, hacía falta imponer el árabe y el francés como lenguas oficiales en el Sáhara Occidental.

En un libro dedicado al porvenir del español en el Sahara Occidental, Bahia y Moha (2009, p.38) postulan que Marruecos ha emprendido una política de imposición del francés como segunda lengua en lugar del español. Los funcionarios saharauis de los territorios “ocupados” deben dominar el francés y el árabe marroquí, lo que significa una barrera para los nativos alfabetizados en castellano y hassaniya. Las escuelas del Sahara Occidental adaptaron el sistema educativo marroquí. Pedromingo y Roth (2008, p.5) en un estudio sobre la Enseñanza y uso de la lengua española en el Sáhara Occidental estipulan que en el sistema educativo público marroquí, la enseñanza de segundos idiomas se iniciaba a los ocho años con la enseñanza del francés como primera lengua extranjera.

Marruecos ha hecho de la enseñanza del francés en todo el país e incluso en el Sahara Occidental, algo obligatorio con visto a aniquilar las lenguas, español y hassaniya dentro de los saharauis. Como prueba del intento marroquí de borrar el español en el Sahara, M. Awah y Moha (2008, p .8) indican que de las “105 escuelas de enseñanza primaria que llego a haber en el Sahara en época de España, actualmente solo queda una, El Colegio La Paz en el Aaiún, que malvive en medio del más absoluto de los abandonos de la administración marroquí (…)”.

En la actualidad, resulta difícil aprender el español en la zona del Sahara bajo control marroquí. En efecto, son sólo unas “pequeñas academias privadas, asociaciones y grupos de jóvenes, además del colegio español de El Aaiún” (G. Pedromingo y J. O. Roth, 2008, p. 8)  que ofrecen posibilidad de enseñar el español en el territorio saharaui llamado por Marruecos, las “Provincias del sur”. El único colegio de enseñanza español fundado por los españoles queda el Colegio de la Paz de El Aaiún, antigua capital administrativa del Sahara Occidental. Este colegio existe desde la época del protectorado y en su momento llegó a alcanzar los 1.000 alumnos. Después de la Marcha Verde en noviembre de 1975, el Centro quedó reducido a su mínima expresión, con apenas un profesor y menos de una decena de alumnos. Durante 14 años, la situación fue de casi abandono, pero el centro sobrevivió y en los últimos 10 años, ha conocido una notable mejora. Actualmente hay dos profesores funcionarios españoles enviados por un período de seis años, y dos profesores locales que se ocupan de las asignaturas de árabe e inglés. No se enseña francés. Estos cuatro profesores dan clase a unos 80 alumnos repartidos en dos aulas en las que se mezclan varios niveles de primaria. (G. Pedromingo y J. O. Roth, 2008).

Las lenguas son herramientas de poder y de dominación. Por lo tanto, imponer su idioma a alguien es una manera de imponerle su dominio. Es lo que decía Godenzzi (1992, p.10): “Las lenguas son campos fértiles de la ideología”. Por esta razón, “cualquier intervención que se pretenda hacer sobre ellas suscita reacciones y se convierte en acto político”.  La política marroquí de remplazo del español por el francés en Sahara Occidental provoca la reacción de los saharauis.

  1. El español en el Sahara Occidental: herencia cultural y nuevo vector de identidad de los saharauis

La identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una colectividad que les permite caracterizarse frente a los demás.  (Rae, 2021). Como tal, perder su identidad es perder a sí mismo. Uno de los elementos que permiten manifestar su identidad y su cultura es la lengua. A través de su lengua se puede saber la comunidad a la que pertenece un individuo. Por consiguiente, si el idioma desempeña el papal de vector de identidad, ¿cómo una lengua de imposición colonial puede convertirse en una seña de la identidad del colonizado? O sean ¿en qué medida se puede considerar el español como un elemento fundamental de la identidad cultural de los saharauis?

  1. Awah y M. Conchi (2010, p. 2), dos intelectuales saharauis que reivindican una doble identidad hasaní-española, contestan a las preguntas arribas planteadas. Para ellos:

Un idioma se considera como propio y patrimonio cuando ese legado es utilizado para crear, imaginar, ensayar, relatar o simplemente hablarlo de manera coloquial; cuando su dominio hace surgir grandes oradores, extraordinarios diplomáticos, resonados poetas, conocidos escritores e historiadores. También es patrimonio cuando en parte identifica y diferencia a sus habitantes a través del correcto uso y dominio gramatical. Con estos elementos anteriormente mencionados podemos conocer a quien pertenece el español.

En la misma vena, C. N’Dré (2021, p. 57) explica que, para los saharauis, el uso del español no supone un desarraigo, sino que es una parte más de su identidad como pueblo de cultura heterogénea afro-árabe influida por un siglo de convivencia con la metrópoli. El mismo B. M. Awah (2015) añade que:

Nosotros los saharauis nunca hemos considerado el español como una lengua colonial de imposición, como sucedió en otras partes de nuestro continente africano (…). El español convivió con nuestra lengua hasania durante un siglo y dejó raíces de su presencia tanto cultural como literaria. Fue una coexistencia lingüística y cultural que, tras el abandono vergonzoso y de traición de la metrópoli, hemos considerado un patrimonio lingüístico y un factor más de nuestra identidad histórica, en un espacio geográfico donde predomina la política de la francofonía. (B. M. Awah entrevistado por D. C. Benito el 15 noviembre 2015).

Es lo que explica que en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf y en los territorios liberados, la educación primaria se realiza en hasania y en español. Según estudios de campo realizados por M. García (2016, p. 206), éste asegura que, en el contexto actual, el español cubre cotidianamente dominios de uso como la educación, medicina y relaciones internacionales. Agrega que el español se usa también en el ámbito familiar entre hablantes que han pasado la mayor parte de su vida en países hispanohablantes. La resistencia del español en el Sahara Occidental actual, se debe a que esta lengua se ha convertido en un verdadero símbolo de identidad para los saharauis. De hecho, esta lengua se presenta como un factor diferenciador con el resto de los países de la región que, excepto Libia, son todos francófonos. Además, el español es un excelente lazo de interconexión y acercamiento a los países latinoamericanos y con la población española.

No obstante, la salida precipitada de los españoles del Sahara Occidental tuvo consecuencias humanas, políticas, y económicas, pero también culturales. En efecto, a la diferencia de Francia o de Inglaterra que han podido usar sus lenguas como una herramienta de dominación poscolonial, España, no pudo implementar una política cultural para hacer de la lengua de Cervantes un objeto de cercanía con el pueblo saharaui. Ante esta falta de estrategia policía-lingüística española, el castellano comenzó a perder terreno en el Sahara Occidental. Hoy, asistimos a una retrocesión de esta lengua a cambio del francés y del árabe marroquí.

 

  1. El español como herramienta de resistencia a la ocupación marroquí

De manera general, las superpotencias internacionales vehiculan su peso y penetración en zonas geográficas ajenas a través de un número de elementos culturales, entre los mismos se destaca la lengua. Así, Reino Unido sigue “imponiendo” su hegemonía político-cultural en grandes regiones y zonas económicas del mundo a través el Commonwealth. El conjunto de estas naciones comparte un idioma común, el inglés. De igual manera, Francia, para salvaguardar sus intereses en África y otros lugares del mundo, confiere una especial atención a la consolidación de la lengua francesa como una herramienta capaz de mantener cierta atracción de lo francófono. Aunque sean independientes, las antiguas colonias francesas e inglesas han guardado las lenguas de las metrópolis como seña de identidad poscolonial. En la actualidad, el francés, el inglés o el portugués permiten a las antiguas colonias formar una Comunidad Mundial dirigida por las antiguas potencias coloniales.

Con el logro de esta estrategia de las grandes potencias que consiste en imponer y extender su hegemonía política y cultural, Marruecos aprovecha del vacío de la retirada española del Sahara Occidental para rehacer la colonización de los saharauis. En efecto, desde la ocupación del territorio, Marruecos, ha juzgado la necesidad de interrumpir la influencia española en el territorio. El objetivo es cambiar su naturaleza jurídica del territorio. Para llevarlo a cabo, Marruecos se ha empeñado en borrar todos aquellos elementos vinculados a la herencia española: la lengua, la arquitectura y el cambio de los topónimos de las principales ciudades: Villa Cisneros (Dajla) se convirtió en Dakhla, El Aaiún en Laâyoune y Cabo Bojador en Boujdour. De igual forma, los marroquíes cambiaron el nombre del territorio Sahara Occidental en “Provincias del sur” o “Sahara marroquí”.

Ante esta situación, pese a la presencia de la administración y de miles de colonos marroquíes, la lengua española se mantiene entre la población del Sáhara Occidental. Para G. Pedromingo y O. Roth (2008, p. 2) eso se debe a dos razones. Primero, a causa de las infraestructuras heredadas de la época colonial española en la que se inició la escolarización y la alfabetización de una población mayoritariamente nómada. En segundo lugar, porque el español se ha convertido en la seña distintiva de identidad frente a la administración y al sistema educativo marroquí, predominantemente francófonos.

Pero la supervivencia de la lengua de Cervantes en el Sahara Occidental pese a su abandono vergonzoso por España se debe a una sola razón: el español es una lengua de resistencia a la recolonización marroquí. En una entrevista, el antropólogo y poeta saharaui, Bahía M. Awah, explicaba que Marruecos, al ocupar los territorios saharauis, quiere eliminar totalmente el español. Los colonos marroquíes persiguieron a los saharauis que hablaban el español en las ciudades ocupadas y practicó represalias contra toda una generación de saharauis que lo compaginaban con el hasania. Por consiguiente, impuso en su lugar una nueva lengua colonial, el francés, e intentó doblegar también a los saharauis a través de la política de francofonía impuesta en muchos países africanos. Pero los saharauis no sucumbieron a esa política de adoctrinamiento marroquí. Enseñaron la lengua española a sus hijos de forma clandestina en sus casas, en el desierto (B. M. Awah entrevistado por D. C. Benito, 2015) y en los campamentos de refugiados en Tinduf.

Así en el contexto actual, uno puede decir que en el Sahara Occidental, que sea en los territorios “ocupados” o “liberados”[3], el español desempeña el papel de una lengua de resistencia ante al intento marroquí de cambiar la naturaleza lingüística del mismo, imponiendo el francés como nueva lengua dominante. En una región a consonancia francófona, Marruecos quiere fagocitar a los saharauis como miembros de una sociedad arabo-francófona con el fin de “borrar las huellas de la historia y su peculiar identidad, la de una sociedad hispano-árabe”. (B. M. Awah y C. Moya, 2009, p. 43). Además de su valor cultural, el español desempeña un papel político para los saharauis en el marco de su lucha por la autodeterminación. De hecho, este idioma les permite llevar su causa ante los pueblos latinoamericanos e hispanos. Sin la lengua española, nunca la República Saharaui habría sido reconocida por los países de Latinoamérica (C. D. N’dré y Z. G. Gueu, 2020, p. 154).

Conclusión

A final de este esbozo de análisis, podemos retener que en la actualidad en un Sahara Occidental objeto de codicia de los marroquíes y los saharauis, los segundos instrumentalizan la lengua de Cervantes para manifestar y defender su identidad como pueblo de cultura heterogénea afro-árabe y su pertenencia a la Hispanidad. Para la mayoría de los saharauis, sobre todo los de la generación 70, el castellano es la mejor cosa que les haya legado España tras su retirada. Frente a la política marroquí de asimilación y de integración de los saharauis dentro del Reino, mediante la recolonización, las nuevas divisiones territoriales y la imposición de nuevos topónimos, los saharauis plantean el español como su seña de identidad. A pesar de la persecución de los saharauis que se atreven a hablar el español en las ciudades ocupadas y la imposición del francés como segunda lengua tras el árabe, cabe decir que los saharauis siguen reconociéndose en el español. Se le considera como un elemento clave de su patrimonio cultural y lingüístico. El castellano es un idioma vivo en el Sáhara Occidental, es la lengua de expresión de predilección de los escritores saharauis. Hoy, los saharauis de los territorios ocupados y de los liberados, se consideran como miembros de la comunidad hispana mundial. Pero, a la luz de la eficacia de la ofensiva política y diplomática marroquí en la cuestión del Sahara Occidental, se ha de temer que, sin acciones concretas por parte de España, el español caiga en el olvido y se convierta en un mero vago recuerdo para algunos saharauis.

Referencias bibliográficas

  • BAHIA Mahmud Awah y MOYA Conchi (2009), El porvenir del español en el Sahara Occidental, Autoedición Bubok.
  • Declaración de principios del Acuerdo tripartito de Madrid.
  • “El castellano en el Sáhara Occidental: un interés estratégico desdeñado por el Gobierno de España” disponible en https://elportaldiplomatico.com/el-ocupante-marroqui-pretende-aniquilar-el-castellano-e-imponer-el-frances-en-el-sahara-occidental/ consultado el 25/03/2021.
  • Entrevista de BAHIA Mahmud por Benito, en línea: https://www.elcorreo.com/bizkaia/internacional/africa/201511/15/saharauis-gritan-espanol-fuera-20151113202514.html consultado el 23.02.2021.
  • FUENTE COBO Ignacio y MARIÑO MENÉNDEZ Fernando, (2006), El conflicto del Sahara Occidental, Ministerio de Defensa España, Madrid.
  • GARCÍA Morgenthaler (2016), “El español en el Sahara Occidental: entre olvido y desorden”, Estudios de Lingüística del español, 197-215.
  • GODENZZI Juan Carlos (1992), El Quechua en debate, Centro de estudios regionales Andinos, Cuzco.
  • N’DRE Charles Desiré y GUEU Zraneu Grace (2020), “El exilio intelectual saharaui canta la tierra”, Californian Digital Library, 143-157.
  • N´DRÉ Charles Désiré (2021), “El español en el conflicto saharaui: lengua de cultura, creación literaria y diplomacia internacional”, N’zassa, N°5, 54-64.
  • PEDROMINGO Leyre Gil y ROTH Jaime Otero (2008), “Enseñanza y uso de la lengua española en el Sáhara Occidental”, Real Instituto Elcano, ARI Nº 116, 1-11.

[1] El “Gran Marruecos” es una idea geopolítica desarrollada por Allal EL-FASSI. Lo que considera como el Gran Marruecos es una amplísima porción del África occidental que engloba todos los territorios norte occidentales del continente, una parte del Oeste de Argelia, el Norte del Malí y la totalidad de los territorios del Sahara Occidental y de Mauritania, hasta los confines del río Senegal donde empezaban los antiguos reinos negros.

[2] Provincias del sur es la denominación del Sahara Occidental por Marruecos.

[3] Se llama territorios ocupados, la zona del Sahara Occidental bajo control de Marruecos. Y los territorios dichos liberados son estos que controlan la República Árabe Saharaui Democrática.

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