Infundibulum Scientific

JUAN CARLOS I DE BORBÓN: LUCES Y SOMBRAS DE UN REINADO

Juan Carlos I de Bourbon: lumières et ombres d’un règne

Juan Carlos I of Bourbon : Ligths and shadow of one reign

YAO Kouamé Francis
Enseignant-Chercheur
Université Alassane Ouattara
franciscoyaofr17@gmail.com

Résumé

Mots-clés, Keywords, Palabras clave

Luces, sombras, reinado, España, franquismo, transición, democracia.
Lumières, ombres, règne, Espagne, franquisme, transition, démocratie
Lights, shadows, reign, Spain, Francoism, transition, democracy

TEXTE INTÉGRAL

Introducción

El 22 de julio de 1969, el general Francisco Franco, caudillo de España, nombró a Juan Carlos, nieto del rey Alfonso XIII e hijo de Juan, el heredero legítimo a la corona, como su sucesor en la Jefatura del Estado, conforme con la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 27 de julio de 1947. Seis años más tarde, el 22 de noviembre de 1975, dos días tras la muerte del general, fue entronizado rey de España por las Cortes franquistas. A partir de allí empieza para el joven monarca de treinta y siete años, nacido en 1938, la colosal labor de hacer olvidar a los españoles treinta y seis años de dictadura franquista.

Frente a los temores de los demócratas a que el rey prosiga la postura franquista y los deseos de los franquistas intransigentes de seguir con el régimen, Juan Carlos tuvo la figura de salvador o demonio, del discípulo leal o del traidor, según los bandos. Sin embargo, apoyándose en su determinación a mejorar la suerte de los suyos, y el sostén de unas personalidades políticas y militares, supo llevar a cabo una transición pacífica a la democracia que se acabó en 1982 con el acceso del socialista Felipe Márquez González a la cabeza del Gobierno. Su reinado duró treinta y nueve años, de 1975 à 2014, año de su abdicación a favor de su hijo Felipe, el actual Felipe VI de España. En un reinado tan largo, hubo puntos positivos y puntos negativos. ¿Cómo se desarrolló este reinado después de la adopción de la Constitución de la Monarquía parlamentaria que le otorgaba funciones simbólicas? ¿Por qué este gran rey del siglo XX acabó perdiendo la admiración de su pueblo? Es verdad que el rey hizo errores durante su reinado, voluntaria o involuntariamente.

El objetivo de este trabajo es mostrar los momentos claves de este reinado. Se tratará para nosotros de analizar las aportaciones de Juan Carlos de Borbón a España y también los actos negativos que deterioraron su imagen personal y la de la monarquía española en general. El Rey a lo largo de su reinado tomó decisiones que marcaron negativa o positivamente la historia del país y su propia historia.

La primera parte tratará de las luces y la segunda de las sombras. Acabaremos por un análisis crítico de estas sombras y luces.

  1. Las luces del reinado de Juan Carlos I de Borbón

La determinación de poner fin a la dictadura, la Ley de Reformas políticas, la constitución de 1978, la determinación frente al intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, la adhesión de España a la Unión Europeo, la figura paternalista del rey, son entre otros las luces del reinado de Juan Carlos I de España.

 

 

1.1. El paso de la dictadura a la democracia

Juan Carlos nació en Roma en 1938. No conoció la República, ni vivió la guerra civil. Pero sí conoció al general Franco. Fue él quien lo hizo venir a España para proseguir sus estudios, quien lo siguió durante su educación y su formación escolar y militar, y por fin quien lo nombró como su sucesor en la Jefatura del Estado en cualidad de rey. Tras la muerte del rey Alfonso XIII en 1941, su hijo don Juan de Borbón y Battenberg heredó de todos los derechos dinásticos y del derecho al trono. Sin embargo, fue Juan Carlos, su hijo, que fue elegido por Franco como su sucesor. En 1974, Franco enfermo le traspasó las funciones de Jefe de Estado con carácter provisional, funciones que recuperó tras su restablecimiento. El 30 de octubre de 1975 fue nombrado por segunda vez Jefe de Estado y sólo aceptó este nombramiento tras la garantía que esta función no sería provisional. El 22 de noviembre de 1975, durante su coronamiento como rey de España, juró cumplir, hacer cumplir las Leyes Fundamentales y guardar lealtad a los Principios del Movimiento Nacional.

La lógica hubiera sido que el sucesor del caudillo prosiguiera su obra manteniendo el régimen dictatorial en vigor. Sin embargo, al llegar a la Jefatura del Estado después de la muerte de su mentor, el joven rey no siguió el camino trazado por este último. No siguió a los intransigentes del régimen. Se rodeó de moderados para cambiar el rumbo de la historia española. Si su primer gobierno fue casi una continuidad del franquismo con el mantenimiento de Carlos Arias Navarro como Jefe del Gobierno, más tarde eligió a Adolfo Suárez González, un franquista moderado como Jefe del Gobierno. Aunque antiguo Jefe del Movimiento Nacional, fue más receptivo al necesario cambio político, casi inevitable. Con él, se adoptó la Ley para la Reforma Política el 15 de diciembre de 1976, que planteó las bases de la transición hacia la democracia, creando las bases jurídicas necesarias a la reforma de las instituciones franquistas y permitiendo el desarrollo de las primeras elecciones democráticas el 15 de junio de 1977.

El historiador Jordi Canal i Morell[1], en una entrevista al periódico en línea Sputnik Mundo (2020) afirma que:

Se venía de una dictadura, de la crisis económica de 1973, del aislamiento internacional. El monarca, con su figura, dio estabilidad al país y potenció las relaciones internacionales. Es una figura clave del siglo XX y facilitó el paso a un régimen democrático. Sin olvidar al resto de piezas de la Transición. De alguna manera ha permitido el salto adelante que dio España.

El papel desempeñado por el rey Juan Carlos durante esta época de transición fue histórico. El periodista Basilio Trilles[2] recuerda que “sin la figura del Rey no habría sido posible aquella extraordinaria transformación del sistema, que en tiempo récord pasó de la dictadura a las libertades”. Para el periodista español, gran parte de las jóvenes generaciones que hoy vociferan contra el rey emérito y piden la república en réplica a las informaciones que implican al monarca con asuntos turbios, son ignorantes de lo que éste hizo y representó. En este momento crucial tras la muerte de Franco, en el que estaba asentado un régimen autoritario bajo la tutela de los sables militares, el rey supo estar presente. En la ardua tarea de la consolidación democrática interna y de adquisición del prestigio internacional que hasta entonces le era negado a España, el rey supo también imponer su buen conocimiento de las relaciones internacionales. Dentro y fuera de España, la personalidad decisiva fue Juan Carlos I. Durante décadas, el rey dio grandes glorias a España, siendo el más efectivo y brillante embajador. Trilles recuerda que fue “la cara amable, moderna, democrática, de una nación que recobraba el brillo en el mundo tras cuarenta años de oscuridad”.

Ahora, sin juicio previo, una parte del pueblo se revuelve contra el mismo rey que la noche del 23 de febrero de 1981 se puso el uniforme de capitán general de los ejércitos y paró el golpe de Estado protagonizado por Tejero, aquel guardia civil de opereta que a punto estuvo de convertir el Congreso en un baño de sangre. Y lo subraya Alfonso Guerra: «Sin el Rey, el golpe habría triunfado».

Este cambio de rumbo en la política española, impulsado por el nuevo monarca, es para nosotros el primer logro o la primera luz del reinado de Juan Carlos I de Borbón.

1.2. La Ley para la Reforma Política y la Constitución de 1978.

La Ley para la Reforma política de 1977 abrió el camino a la democracia en el país. La Ley 1/1977, de 4 de enero, fue la ley que permitió la eliminación de las estructuras de la dictadura franquista desde un punto de vista jurídico. Impulsada por el rey Juan Carlos, fue aprobada el 18 de noviembre por 425 de los 531 procuradores de las Cortes franquistas. El 15 de noviembre de 1976, obtuvo la aprobación por referéndum de 94,17 % de los votantes y tenía carácter de Ley Fundamental. La consecuencia inmediata de esta Ley fue la celebración de las elecciones generales de 1977 que dieron paso a unas Cortes que promulgaron la Constitución española de 1978.

La Constitución es la máxima ley de un estado. No es posible vivir en un Estado democrático sin una Constitución democrática. La redacción de esta constitución fue facilitada por el deseo del Gobierno y de las principales formaciones políticas de la oposición, PSOE y PCE esencialmente, a aceptar esta Ley. Así se conservó el sistema monárquico, pero con una limitación importante del poder real. Después de una aprobación del 94,2 % de los diputados y 94,5 % de los senadores, el pueblo español se mostró favorable en referéndum el 6 de diciembre de 1978, con 88% de la población. El rey la promulgó el 27 de diciembre.

En esta nueva Constitución, no ejerce poderes políticos verdaderos, pero es considerado como un símbolo esencial de la unidad del país y Jefe supremo de las Fuerzas Armadas españolas. Sus intervenciones y consejos son escuchados por los políticos de ambos lados. La Constitución fue el gran regalo del rey al pueblo español. Otra luz de su reinado.

1.3. La intervención del rey en el intento de pronunciamiento de 1981

El 23 de febrero de 1981, los soldados españoles se echaron a las calles y, al mando del teniente coronel Tejero, intentaron un golpe de Estado ocupando el Congreso de los Diputados. El pueblo español en su totalidad se acordó de los viejos demonios de la inestabilidad política y la incertidumbre remplazó la esperanza de un régimen democrático en España.  En estos momentos cruciales para la naciente democracia española, la figura del rey Juan Carlos fue preponderante. El rey se convirtió en la garantía de la democracia (Marcou, 2021). Como alto mando de las Fuerzas Armadas, ordenó a los militares que regresaran a los cuarteles. Esta postura del rey ayudó considerablemente al fracaso del intento de pronunciamiento. El rey salió a condenar públicamente a los golpistas por la televisión pública. Frente a millones de españoles, reafirmó su postura rupturista y democrática, subrayando que la Corona no podía tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático.

A partir de allí, los españoles lo consideraron como un héroe y empezó la época dorada de su reinado, la del rey amado, respetado y escuchado. Para Carme Molinero[3], “Muchas veces se dice, y las encuestas de esos años así lo demostraban, que en España había más juancarlismo que monarquismo, en el sentido de que él se había ganado su papel en la política española. Particularmente, el elemento más importante fue el 23-F”. La historiadora apunta dos periodos claves en el reinado del rey. Uno que va hasta el año 2000, con un punto culminante en 1981. Y el segundo que empieza en el siglo XXI, a partir de 2008 hasta su abdicación.

Como lo vemos, el rey se presentó como el verdadero garante de la constitución de 1978 y el defensor del pueblo español. Aun el líder histórico del Partido Comunista reconoció el protagonismo del rey cuando afirmó que “hoy, somos todos monárquicos”. Cuando se sabe la postura de los comunistas frente a la monarquía, eso demuestra el gran reconocimiento de la mayoría del pueblo español a su monarca. Esto es otra luz en el reinado de Juan Carlos I.

 

1.4. La adhesión a la CEE, hoy UE.

Aunque las negociaciones para la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (CEE) empezaron bajo los gobiernos de Francisco Franco y la adhesión fue una realidad bajo el gobierno del socialista Felipe González Márquez, podemos afirmar que el rey Juan Carlos forma parte de los grandes impulsores de este acto. Con sus acciones durante la transición y su imagen de Jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas, mantuvo cierta confianza en los medios políticos europeos y del mundo occidental. Como Embajador, impulsó el ingreso de España en la actual Unión Europea. La democracia siendo una condición primordial para poder integrar la Unión Europea, la acción del rey fue preponderante en esta adhesión.

Estas acciones de gran importancia del rey no fueron, desgraciadamente, las únicas que marcaron los casi cuatro decenios de reinado de Juan Carlos I de Borbón. Escándalos familiares y personales acabaron por degradar este sentimiento de orgullo de los españoles para con su rey.

Estos escándalos que llamamos las sombras constituyen la segunda parte de nuestro análisis.

  1. Las sombras del reinado de Juan Carlos I de Borbón

« Entre 2008 y 2014 se dilapida la popularidad del reinado. Las crisis económica y social se unen a los enormes errores que cometen el monarca y sus familiares. Llegan el caso Nóos, la cacería de Botsuana, se conoce la desarreglada vida privada del rey… Actos que desprestigian a la institución y más cuando a la Casa Real se le exige ejemplaridad ». En estas palabras del historiador Jordi Canal i Morell, se encuentran todos los actos negativos del final del reinado del rey Juan Carlos que van a contribuir a la degradación de la imagen del rey y de la Monarquía, a su abdicación en su hijo Felipe, su retirada de la vida pública y su salida de España.

Para un mejor análisis, los agruparemos en dos grupos: los escándalos de la familia real y los escándalos personales del rey.

2.1. Los escándalos de la familia real.

Lo que se conoce como el “caso Nóos” que implica al yerno del rey, Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, es el primer acto de la deterioración de la sagrada imagen del rey bien amado de los españoles.  Su yerno fue acusado en 2011 de un presunto delito de desvío de fondos públicos como miembro del Instituto Nóos[4]. Este asunto de corrupción fue catastrófico para la imagen de la monarquía ya que los españoles no podían comprender eso. En este asunto, Iñaki terminó encarcelado y la infanta Cristina se presentó ante los tribunales en febrero de 2014. Aunque la familia real apartó a Iñaki de los actos oficiales, el hecho de que eso implicara a miembros de la familia real no fue aceptado por la mayoría de los españoles.

En este asunto, el rey que no estaba ligado directamente a eso, vio disminuir el amor que los españoles tenían para su monarca. El rey prometió una justicia igual para todos en este asunto. La infanta fue finalmente absuelta pero su marido fue condenado a seis años de prisión.

2.2. Los escándalos personales del rey Juan Carlos I

Los hombres públicos tienen secretos, muchos secretos. Cuando estos secretos no se saben, se los consideran santos o personas excepcionales. Pero basta con poner a luz uno de estos secretos para cambiar de opinión sobre estas personalidades. El rey Juan Carlos no escapó a esta realidad humana. El principio del Siglo XXI contrastó radicalmente con el excepcional reinado del rey en el último cuarto del siglo XX, apareciendo como el principal impulsor de la joven democracia española. Además del escándalo que incluía a su hija menor y su marido, fueron revelados otros escándalos que incluían al propio rey. Entre otros, notaremos la caza furtiva en Botsuana, el caso Corinna, otros pecados carnales o este asunto de recepción de unos cien millones de dólares del rey de Arabia Saudí.

El 14 de abril de 2012, la población española se enteró de un viaje del rey privado y de un partido de caza en Botsuana donde mataron, él y sus amigos, un elefante. El rey se dejó fotografiar delante del animal muerto con una escopeta en la mano. Aunque este asunto ocurriera en 2006, el escándalo en la opinión de los españoles fue grande. El país, en efecto, estaba en crisis, el paro había aumentado y no se podía comprender la motivación de tal viaje a África. Se reprochó al rey tal vez su falta de compasión para sus súbditos. Además de eso, el rey se rompió le cadera derecha y fue operado.

Otras sombras personales del rey son su pasión por las mujeres. La cantante Paloma San Basilio, la actriz Sara Montiel y sobre todo la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein fueron presentadas como amantes del rey. Con esta última, según las investigaciones, los encuentros eran frecuentes.

Al lado de eso, se nota una sucesión de escándalos económicos en que el rey es directamente implicado. Por ejemplo, hay unas comisiones que recibió el rey por un tren de alta velocidad en el desierto árabe, valoradas a unos 100 millones de dólares por parte del rey de Arabia Saudí y en que había ocultado parte de este dinero en una sociedad offshore, cuyo beneficiario será su hijo, el actual Felipe VI o la venta de un piso en Londres.

Frente a todo eso, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid, Álvaro Soto Carmona, nota que « Con el tiempo, y después de tantos años en el trono, lo que vemos es un deterioro constante de su imagen personal, no sólo a partir de situaciones familiares complejas sino con situaciones económicas y personales no bien vistas por la gente ».

  1. Análisis de las luces y sombras del reinado de Juan Carlos I de Borbón

Las luces y sombras del reinado de Juan Carlos son la prueba que un hombre permanece un ser humano, cualesquiera que sean sus cualidades y famas. Durante la vida, uno vive en una familia, debe rodearse de amigos, compañeros de lucha política, sindical o sentimental que pueden tener o tienen influencias sobre sus decisiones, sus emociones o sus actuaciones. El rey Juan Carlos I de España no escapa a esta realidad histórica. En los principios de su reinado, el rey era el centro de todas las intenciones del conjunto de la sociedad española, consciente de que de sus decisiones políticas inmediatas dependerá el porvenir de la nación española.

Los caciques del régimen hubieran querido que fuera un militar que sucediera a Franco en la Jefatura del Estado. Esto habría simplificado las cosas para mantener, aun en la represión, el régimen dictatorial confesional vigente en España. Pero nadie podía oponerse a una decisión de Franco. Pues tuvieron que respetar su decisión para no hacer frente a su ira. Juan Carlos juró fidelidad a toda la legislación franquista y tomó la firme decisión de seguir con la obra del dictador. No muchos españoles crearon que este puro producto de la máquina dictatorial pudiera ser la persona indicada para relevar el desafió del cambio político. El ambiente político no era favorable para el nuevo monarca. Sin embargo, sus actos mostraron que cada uno de nosotros es responsable de sus actuaciones y de sus convicciones profundas. El rey Juan Carlos no dejó las cosas transcurrir así y ver lo que pasaría después. Quiso entrar en la historia de su país, ser un ejemplo para las generaciones futuras de españoles. Por eso escuchó su consciencia y su corazón. Supo rodearse de hombres y mujeres que apoyaban su deseo de acabar con la dictadura.

Las malas acciones que acabaron dilapidando su fantástica imagen son la consecuencia de su estado de humano, ser vivo que tiene también sus debilidades. La corrupción, la infidelidad a su pareja y la traición forman parte de la vida de todo hombre. La carne es débil como se suele decir, y eso vale para los más altos dirigentes de este mundo. Juan Carlos se ha equivocado y eso no es digno de su grado. Estamos de acuerdo con los españoles que no consiguen perdonar a su antiguo monarca. Para un pueblo que vivía en la austeridad económica como consecuencia de la crisis económica internacional, darse cuenta de que la corrupción toca a los altos dirigentes no era fácil de aceptar. Los dirigentes deben ser modelos de conciencia y de rectitud para los demás. Y a menudo los ciudadanos olvidan que se tratan de seres humanos, con buen destino, sí, pero seres humanos.

Pero al analizar todo eso, pensamos que Juan Carlos I de Borbón merece más consideración por parte de los españoles. En África, estas personalidades son héroes. En África, comprenderíamos que el rey es un hombre, y tiene el derecho de equivocarse. Pero estos errores no deben borrar su formidable papel y su empeño en la construcción de una España desarrollada y democrática, la actual, la de la Monarquía parlamentaria.

Conclusión

La vida de un hombre no se desarrolla de manera uniforme con respecto a las decisiones que toma. Y cuando se trata de un hombre político o público, eso se vuelve más difícil. El rey Juan Carlos I de Borbón de España ha experimentado eso durante su largo reinado de treinta y nueve años. Fue un rey ejemplar y querido al principio. Supo integrar España en las democracias modernas, como país de los derechos humanos y de las libertades. Si hacemos el balance de sus acciones a la cabeza del Estado español, podemos afirmar que hubo más luces que sombras. Las casi humillaciones que sufrió al final de su reinado y que le obligaron a abdicar primero, y luego a dejar el país, no deben ocultar su extraordinario papel en la situación política de la España de hoy. Su protagonismo notable durante la transición, apoyado por hombres como Adolfo Suárez, franquista conocido, o Felipe González Márquez, socialista convencida, condujo el país en la vía democrática. Los errores cometidos no deben ocultar este histórico protagonismo. Un hombre, cualquiera que sea su personalidad, permanece un ser humano. Y esta condición de ser humano lo hace frágil y en sus acciones puede cometer errores. Los españoles deben pensar en eso y rendirle homenaje a este personaje central de la historia contemporánea española.

Bibliografía

ALBIN Danilo (2019). “Rey franquista o padre de la democracia?: luces y sombras de Juan Carlos I”, en https://www.publico.es/politica/retirada-rey-juan-carlos-i-rey-franquista-padre-democracia-luces-sombras-juan-carlos-i.html. Consultado el 03 de julio de 2021.

ANTEQUERRA Juan José (2010). Juan Carlos I entre la ambición y el fracaso.   Facediciones: Sevilla.

BBC Mundo (2014). “Los altos y bajos en la monarquía de Juan Carlos I”, in https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/06/140602_rey_juan_carlos_luces_y_sombras_vp. Consultado el 01 de julio de 2021.

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LEON Alberto (2020). “Luces y sombras de Juan Carlos I: el piloto de la transición cuestionado por unas finanzas bajo sospecha”, en https://www.rtve.es/noticias/20200803/luces-sombras-juan-carlos-piloto-transicion-cuestionado-finanzas-bajo-sospecha/2029801.shtml. Consultado el 28 de julio de 2021.

MARCOU Pierre-Philippe (2021). “De idolatrado a expulsado: luces y sombras del rey Juan Carlos 1”, en https://mundo.sputniknews.com/20200808/de-idolatrado-a-expulsado-luces-y-sombras-del-rey-juan-carlos-i–1092352975.html. Consultado el 30 de julio de 2021.

Real Academia de la Historia (1988). Juan Carlos I y el advenimiento de la democracia. Espasa-Calpe. Madrid.

TRILLES Basilio (2020). “Juan Carlos I, mas luces que sombras”, en https://www.elperiodicomediterraneo.com/opinion/2020/08/09/juan-carlos-i-luces-sombras-40758284.html. Consultado el 30 de julio de 2021.

[1] Historiador español, profesor en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Paris (École des Hautes Études en Sciences Sociales) de Paris.

[2] Periodista y escritor, nacido en Castellón en 1960. En la actualidad escribe en las páginas de opinión del diario Levante y es colaborador habitual de los ciclos literarios de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

[3] Historiadora e investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)

[4] El Instituto Nóos fue fundado en 1999 en Barcelona bajo el nombre Asociación Instituto de Investigación Aplicada, por Diego Torres. Fue dirigido por Diego Torres e Iñaki Urdangarin, marido de la infanta Cristina. Fundamentalmente se dedicaba a la organización de eventos deportivos. En 2011, se abrieron investigaciones judiciales sobre sus actividades reales. Se sospechaba que esta fundación era en realidad el epicentro de una red de corrupción para el desvío de fondos públicos.  

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