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VIOLENCIAS URBANAS EN CENTROAMÉRICA Y EN CÔTE D’IVOIRE: LAS MARAS Y LOS «MICROBES» COMO SÍNTOMAS DE UN MALESTAR SOCIAL

Urban violence in Central America and in Côte d'Ivoire: maras and "microbes" as symptoms of social malaise

Violences urbaines en Amérique centrale et en Côte d'Ivoire : maras et « microbes » comme symptômes de mal-être social

COULIBALY Yacouba
Enseignant-Chercheur
Université Félix Houphouët-Boigny
Département d’Etudes Ibériques et Latinoa-Américaines (DEILA)
chigata2002@gmail.com

Résumé

Mots-clés, Keywords, Palabras clave

Centros urbanos- violencia- Maras- microbes- criminalidad.
Urban centers- violence- Maras- microbes- criminality
centres urbains- violence – maras- microbes- criminalité

TEXTE INTÉGRAL

Introducción

La violencia vigente en los centros urbanos siempre representó una gran preocupación para los ciudadanos y los poderes públicos. El fenómeno es sobre todo arraigado en los países en vía de desarrollo y los jóvenes representan la mayor parte de los actores de la violencia perpetrada como lo atestiguan los informes de las organizaciones estatales y no estatales. Desde la aparición de las maras en la región centroamericana Guatemala, Salvador, Honduras), la violencia tomó un giro considerable volviendo a ser una seria espina obstaculizando en parte los proyectos de desarrollo.  Asimismo, en Côte d’Ivoire, el fenómeno de los “microbes” surgió tras la crisis post electoral y la guerra político-civil que ensangrentaron al país.  Los “microbes” y las Maras aparecen como «un fenómeno social de pobreza, de insatisfacción, de frustración, de falta de oportunidades, que padecen los jóvenes al no tener las oportunidades de alcanzar una vida digna (J. R. Claveria, 2013)». Lo que extraña en la violencia ejercida por los “microbes” es la ruptura con la forma tradicional de agresión conocida hasta ahora. Operan en grupos organizados a cara descubierta de las poblaciones asustadas y a veces de las autoridades policiacas encargadas de la seguridad pública. En los dos países, el despliegue de los esfuerzos para controlar esta delincuencia juvenil queda diversamente apreciado. Este documento tiene como meta proporcionar algunos de los factores explicativos de la emergencia de estas organizaciones delictivas, su modo de organización, sus mecanismos de operación, así como las políticas implementadas por los distintos gobiernos para responder a esta lacra criminal.

Para la realización de este trabajo, se consultaron fuentes documentales disponibles acerca de las maras e informaciones procedente de los habitantes de Abobo, epicentro de los “microbes”. El propio autor de este artículo, anteriormente habitante de este barrio vivió en vivo las actuaciones de  los “microbes”. Pues es un testigo de casi todas las líneas de este trabajo que se articula en cuatro movimientos. Nos dedicaremos a explicar cómo las maras y los “microbes” nacieron y se arraigaron en ambas sociedades. Luego, veremos la estructuración de estos grupos de jóvenes y de las estrategias desplegadas para cometer actos delictivos. El tercer movimiento pondrá de relieve los impactos negativos de sus actos en diversos dominios de la sociedad. Por fin, el último movimiento tiene que ver con las medidas implementadas hasta ahora por los gobiernos de las regiones para hacer frente a los desafíos de seguridad que plantea esta lacra criminal.   

 

                                   

  1. Nacimiento y factores de emergencia de los “microbes” y de las Maras

Las maras y los “microbes” son unas agrupaciones de niños de 8 hasta 17 años. Se caracterizan por la violencia de sus actos. Agreden, aterrorizan, roban y a veces matan de manera sistemática a sus víctimas bajo el efecto de la droga. Los “microbes” aparecieron en el barrio popular de Abobo tras la guerra post electoral de 2011. En cuanto a las maras centroamericanas, su nacimiento se remota a los años 80 en los Estados unidos. Los inmigrantes huyendo las guerras civiles centroamericanas (Honduras, Salvador) se instalaron en California esperando encontrar buenas condiciones de vida. Muy rápidamente se dieron cuenta de que era en realidad una segunda travesía de desierto debido a las dificultades encontradas allá. Fueron obligados a organizarse para ayudarse y sobrevivir a la violencia que existía en la sociedad estadounidense. Los inmigrantes eran involucrados en muchos actos de violencia, lo que empujó al gobierno estadounidense a su repatriación en los años 90 tras los acuerdos de paz entre los beligerantes de los conflictos centroamericanos. Así, los países centroamericanos serán un terreno fértil a la transposición y al desarrollo de la violencia aprendida en los Estados unidos. El desarrollo de las maras y de les “microbes” tiene que ver con muchos factores.

En ambas sociedades víctimas de la violencia urbana, prevalece un contexto de guerra con sus consecuencias subyacentes. Los mareros son la emanación de la guerra. Huyeron la guerra civil para finalmente vivir y acostumbrarse a la violencia.  Según unos estudiosos, los “microbes” sirvieron como niños soldados en el conflicto político que opuso Alassane Ouattara a Laurent Gbagbo (J. Baudyard, 2018). Sin embargo, esta postura está relativizada por otros. En una entrevista concedida al periódico francés le monde, Francis Akindès, sociólogo en la universidad de Bouaké afirma que sus investigaciones y sus intercambios con muchos de aquellos niños revelaron que nunca participaron ni a la guerra post electoral aún menos al decenio de crisis política que lo ha precedido (F. Akindès, 2018). De todo modo, si de verdad, no participaron directamente a la guerra, no cabe duda de que es “al final de la crisis postelectoral, [que] Côte d’Ivoire se da cuenta de que niños, de edad comprendida entre ocho y diecisiete años están en las calles de Abidjan con armas” (J. Baudyard, 2018, p.141)[1].

Las maras y los “microbes” prosperan en medios caracterizados por la pobreza. Dicha pobreza genera falta de oportunidades de futuro e imposibilidad de beneficiar de la educación básica y de una sana vivienda (B.F.P, Douo 2019, p.8). Los “microbes” de Abobo son en la mayoría de los casos naturales de chabolas. Los integrantes de las principales maras proceden “del sector de la población de menos recursos económicos” (J. R. Claveria, 2013). Es decir que el contexto socioeconómico es un factor determinante que tomar en cuenta. Las sociedades latinoamericanas son consideradas como muy desigualitarias y Francis Akindès evoca un “apartheid económico” en Côte d’Ivoire porque una proporción considerable de la población no saca provecho del crecimiento económico.

Los jóvenes sin educación, de familia desunida y pobre carecen de valores morales. Se permiten los abusos sin límites. Crecieron en una sociedad cuya regla es la violencia para sobrevivir y ella forma parte en adelante de su cultura, de su modo de vida. Una cultura de la violencia alentada y promovida por las películas y la música urbana con un baile especial reflejando los movimientos de un combate callejero. En Côte d’Ivoire, el cantante Posseidon Ibs hizo un video en este sentido y en las redes sociales, los niños bailan al ritmo de esta música. Las maras centroamericanas quedan también influenciadas por una moda de baile nacido en los barrios pobres de Bronx, de Nueva York y por un estilo de música llamado “Rock heavy metal o Rock metálico”. Los tatuajes que llevan los integrantes en el cuerpo y sus códigos de comunicación con unas palabras en inglés ejercen una fascinación en los niños que quieren parecerse a ellos. Todo funciona en una lógica cíclica de complementariedad en la cual la violencia urbana inspira a los cantantes y la música y el baile que nacen alimentan a su vez la violencia. Los actores de esta violencia se organizan y actúan diferentemente.

  1. Estructura organizativa y modo de operación

Las maras centroamericanas y los “microbes” de Côte d’Ivoire tienen una estructuración y un modo de operación que les permite llevar a cabo sus actuaciones. En Côte d’Ivoire, cada chabola o barrio tiene su grupo de “microbes”. Los principales son Ninja, Derrière rail, Marley, Gorgé, Zion, Brésil, Gotam. El número de integrantes por grupo no tiene ninguna importancia (de 10 hasta 20 o más) pero cada integrante tiene un papel específico. Los distintos grupos de “microbes” tienen un líder llamado vié-père. Nunca aparece este vié-père en el teatro de las operaciones. Proporciona a los niños una garantía moral y una protección. Su papel estriba en coordinar a los niños y a empujarlos a cometer actos delictivos y regresar con el botín. A veces, los “microbes” actúan independientemente sin el permiso del vié-père o bajo la supervisión de un gnambro. Utilizan un modo de comunicación llamado el Nouchi.

Las principales maras centroamericanas son la Mara Salvatrucha (MS), la Mara Barrio 18 (MB-18), Diamante, Killers, El Pollo etc. tienen una estructura muy jerarquizada. Se subdividen en clicas y cada clica tiene un líder o el gran Míster elegido según los criterios de prestigio, de valentía, de audacia y de liderazgo. Su papel consiste en determinar las actividades del grupo (R. G. Bravo, 2013, p.14). La mayoría de los integrantes son jóvenes comprendidos entre 9 y 25 años de edad. Se encargan de ejecutar las directivas del jefe. Los recién llegados o los novatos pasan por ritos de iniciación y son sometidos a experiencias tremendas para mostrar su coraje y su lealtad a la “nueva familia” que les acoge. Los aspirantes o simpatizantes son los jóvenes atraídos por las actividades de los mareros y que esperan pertenecer algún día al grupo. Las reglas que les rigen son estrictas: respeto al jefe, la solidaridad entre los miembros, la observación del silencio, el uso de códigos o un lenguaje especifico llamado el spanglish que es una mezcla de palabras española e inglesa para comunicar y la legitimación y la legalización de la violencia. Los que violan aquellas pautas pueden sufrir sanciones incluso hasta de muerte. Los miembros utilizan los grafitis sobre las paredes para delimitar su territorio y su zona de influencia. De manera regular, las maras se pelean entre sí para controlar un territorio y aplicar su ley. Para evitar a que sean identidades por la policía, los mareros tienen al seno de su grupo sus propios médicos para atender a los heridos y a los enfermos.

Las maras y los “microbes” se dedican a actividades ilícitas como el tráfico de droga. Ejecutan una serie de actos que les proporcionan los recursos económicos como la agresión física, la extorsión de dinero a pequeños comerciantes y otros ciudadanos hasta asesinar a los que no acceden a sus requerimientos, el tráfico de drogas. Para realizar sus malas acciones, los “microbes” fingen de mendigar o estimulan una lucha entre ellos, lo que provoca una agrupación de gente alrededor de ellos y aprovechan para cometer actos delictivos (J. M. Bah & J. L. Niamke, 2016, p.25).  La venta de armas queda sin embargo específica a las maras centroamericanas. Como ya lo hemos mencionado más arriba, los “microbes” actúan a veces bajo el control de un gnambro. En efecto, el sector del transporte en Abidjan es controlado por individuos potentes  que se llaman “les syndicats”. Son hombres que, por la violencia, toman posesión de las grandes encrucijadas y de las estaciones de vehículos de transporte de la capital ivoiriense para exigir a los conductores una tasa. Los principales jefes de “syndicats” son: Toumse, Amara le gros, General Fah, General Mandjou, IB l’assaillant, General Zeou, General Oueré, Flatchè. En las encrucijadas y en las estaciones de vehículos, son los gnambros que recuperan las tasas para el jefe de “syndicat”. De manera regular, hay peleas entre los diferentes gnambros o entre éstos y los conductores, los clientes y los aprendices por diversas razones. Así, cada gnambro recurre a un grupo de “microbes’ como fuerza adicional para luchar contra los demás. Así los “microbes pueden recibir por parte del gnambro dinero por servicio prestado.

Los “microbes” y los integrantes de las maras centroamericanas sirven también de vigías. En este caso, su papel consiste en alertar a los drogadictos en los ahumaderos cuando perciben a la policía o a los desconocidos en el barrio. Las maras centroamericanas se han vuelto organizaciones criminales transnacionales a través de redes en distintos países para controlar la producción, el transporte y la comercialización de la droga. Sus actuaciones impactan altamente las sociedades que las sufren.   

 

  1. Efectos de las maras y de los “microbes”

Las actuaciones de las maras y de los “microbes” producen una serie de efectos visibles en los campos social, económico y político. Una sociedad organizada protege las libertades fundamentales, los derechos y los bienes de las personas. Esta prerrogativa estriba entre las manos del poder público. Los actos de los mareros y de los “microbes” contradicen estos nobles objetivos en la medida que se produce a través de esto en la sociedad un alto nivel de inseguridad. Las poblaciones viven en una psicosis temiendo una agresión o simplemente la muerte que puede suceder en cualquier momento en la calle.  El hecho de que los integrantes de las maras y de los “microbes” sean jóvenes pone en tela de juicio al porvenir de los países. Los jóvenes en efecto constituyen la punta de lanza de todo desarrollo. Ante la incapacidad de los poderes públicos a luchar contra el fenómeno de las maras y de los “microbes”, las poblaciones se ven en la necesidad de tener armas de fuego o defenderse de los ataques probables. Lo que convierte la sociedad en una forma de jungla donde cada uno establece su propia ley (L. A Kouadio, 2020). La violencia legítima en vez de pertenecer únicamente a las fuerzas de seguridad es pues reivindicada por otros actores.

En lo económico, el fenómeno de las maras y de los “microbes” impacta negativamente la imagen de los países. Los empresarios internacionales y nacionales no invierten su dinero en los países con mayor índice de inseguridad. Las empresas ya instaladas contratan los servicios de empresas de seguridad para protegerse, lo que naturalmente aumenta sus gastos. Además, se desarrolla una economía paralela e ilícita a través del lavado de dinero, de traficas de drogas y órganos humanos.  Al respecto del blanqueo de dinero, A. S Alavo nota.

El blanqueo de dinero acarea una gran cantidad de divisas extranjeras (sobre todo dólares estadounidenses) en los mercados nacionales e internacionales. Este flujo de gran cantidad de narco dólares desestabiliza a un Estado débil, pues induce una falsa apreciación de la moneda local comparada a las fuertes divisas (A. S. Alavo, 2013, p.14-15).[2] 

Aquella perversión económica no permite al Estado llevar a cabo su obra de desarrollo a través de la construcción de infraestructuras básicas para las poblaciones pues una parte sustancial de la economía queda controlada por manos oscuras. Más allá de esto, los poderes públicos dedican una parte considerable de sus recursos económicos a la seguridad sin resultados tangibles dejando otros sectores no menos importantes como la educación, el alojamiento, la salud etc.

En lo político, la violencia ejercida por las maras y les enfants microbes debilita las instituciones estatales de los países. La impunidad con la que actúan, el control absoluto de territorios por parte de maras para llevar a cabo el tráfico de drogas fortalece la pérdida de la confianza de las poblaciones en el sistema judicial, en el sistema de seguridad, así como en los actores políticos. El Estado debilitado por la capacidad de molestia de las maras no puede sino entrar en negociaciones con ellas sea para liberar o intercambiar a rehenes sea para liberar un territorio controlado (J. J. M. D’AUBUISSON, 2018). En efecto, según testimonios fidedignos de unos habitantes de Abobo, los “microbes” agreden a la vista de los policiacos sin que intervengan. Otros afirman que imponen una forma de toque de queda a los barrios. Es decir que las agresiones toman una amplitud considerable que obliga a los habitantes a quedarse en casa a partir del anochecer. Un conjunto de medidas puede ser manejado como terapia a este fenómeno global.  

  1. Propuestas de soluciones para enfrentar las maras y los “microbes”

Las autoridades públicas de Côte d’Ivoire y de los países centroamericanos experimentaron diversas opciones para luchar contra esta lacra social. Empezaron primero por las operaciones represivas con proyectos como Epervier 1 et 2 en Côte d’Ivoire y Mano dura y Súper mano dura, Libertad azul y Operación escoba respectivamente en el Salvador, Honduras y Guatemala. Estas operaciones armadas se dirigían a eliminar físicamente a delincuentes o resolver el problema por la fuerza brutal (M.J. Hartnett, 2011).

Pero rápidamente, las autoridades se dieron cuenta de que esto consistía en luchar contra los efectos ya que las insatisfacciones sociales y económicas representaban en realidad las raíces del fenómeno. En Côte d’Ivoire, el Gobierno ultra liberal sintió la necesidad de luchar contra las desigualdades en la distribución de la riqueza nacional a través del programa social del gobierno (PS Gouv). Las redes sociales permitieron así a muchas familias pobres recibir 36000 fcfa por trimestre. Esta medida de poca incidencia tiene que ser valorada y mejorada tanto en Côte d’Ivoire como en los países centroamericanos que quedan azotados por las desigualdades a gran escala.

Las autoridades públicas de ambas regiones llevaron a cabo un programa de desarmo, desmovilización y reinserción de los niños soldados y de les jóvenes involucrados en las maras. Los resultados fueron catastróficos en los países centroamericanos, pero en Côte d’Ivoire hubo resultados un poco satisfaciente. Asimismo, la inserción socio profesional de los “microbes” fue una realidad en Côte d’Ivoire con la firma de convenios entre el ministerio de la juventud, del empleo de los jóvenes y la Union des villes et communes de Côte d’Ivoire (UVICOCI). Fue un programa que permitió a muchos jóvenes aprender algún oficio. En los países centroamericanos la experiencia fue difícil. Los jóvenes que abandonaron las maras para para sacar provecho del programa de reinserción fueron matados por traición. Sus compañeros reconocían su pertenencia a las maras a causa de los tatuajes. Los gobiernos invirtieron pues en otro proceso centrado esta vez en el borrado de los tatuajes. Todo esto pone de realce la complejidad del programa de reinserción de los jóvenes en aquella región. Dado que las maras se han transnacionalidado generando, en un contexto de pobreza y de desigualdad, mucho dinero obstaculiza todos los esfuerzos de los gobiernos de la región.   

Ya lo hemos notado en los factores explicativos del surgimiento de los “microbes” y de las maras, la pérdida de los valores sociales. Relacionado con esto, los gobiernos tienen que hacer de la educación un eje central en su dinámica de lucha contra las desviaciones sociales. El ideal de sociedad que un pueblo proyecta construir se concibe y se realiza a partir de la educación que vuelve así una exigencia histórica. Cualquier tipo de descuido en este terreno no puede ser sino suicidario.  En Côte d’Ivoire, el ministerio de la educación monopoliza la mayor parte del presupuesto nacional pero no todos los niños pueden ir a la escuela en condiciones cómodas. Este riesgo representa una bomba de tiempo para este país si no toma la pena de neutralizarla. En América central, la situación educativa es alarmante. En 2000, el informe Mañana es tarde, de la comisión centroamericana para la reforma de la educación lo notaba con énfasis:

El nivel educativo alcanzado por la población queda insuficiente a pesar de la extensión de la cobertura escolar. En la enseñanza básica, siempre se nota altos niveles de analfabetismo en la mayoría de los países, la tasa de analfabetismo queda superior a 15%, cifra que supera la media para América latina. […] A pesar de muchos esfuerzos para la escolarización, más de la mitad de los potenciales niños del preescolar y del segundario no van a la escuela. La escuela para todos en el primario no se ha alcanzado. En Nicaragua, la tasa de escolarización es de 82% y de 85% en Guatemala. En el segundario, fluctúa entre 36% en Nicaragua y 62% en Panamá (L.  Muelle, 2004).[3]  

Aquellas cifras atestiguan que hasta ahora, hay muchos esfuerzos que hacer en el sector de la educación puesto que una proporción considerable de los niños no reciben ni la instrucción ni los valores educativos que les permiten enfrentar los desafíos de la ciudadanía y se pierden en las sinuosidades de la sociedad moderna.

 

Conclusión

Nuestro análisis de los “microbes” en Côte d’Ivoire y de las maras centroamericanas indica que este fenómeno de criminalidad juvenil resulta de factores cumulativos: contexto de guerra, desigualdades e insatisfacciones sociales, cultura de violencia nutrida por los medios de comunicación, escasez de valores morales. La incapacidad de los gobiernos respectivos a pensar su sociedad en una perspectiva duradera convierte a los niños y jóvenes en marginados de la sociedad. Los “microbes” y las maras son la prolongación de una gobernanza no dominada. No sabiendo a qué carta quedarse, los excluidos, los de abajo, los olvidados de la gobernanza se dirigen contra la sociedad que les ha producido. Es aquel momento que aparece la cara sucia de todos los descuidos y errores del pasado. El estudio comparativo muestra a la vez similitudes y discrepancias en la estructura organizativa y en el modus operandi para llevar a cabo los actos delictivos. América central vive con su mal como una especie de maldición difícil a calificar. Las maras se han arraigadas fuertemente para volver a ser la sangre que corre en las venas de las sociedades centroamericanas. Los poderes públicos de Côte d’Ivoire pusieron fin al reino de los “microbes” pero permanecen algunas raíces que lo originaron como la miseria y la pobreza que siguen agudizándose. La espada de Damocles queda suspendida ya que puede surgir de nuevo el fenómeno en cualquier momento.

 

Bibliografía

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AKINDES Francis, interview avec Haby Niakaté le 01 avril 2018 in www.lemonde.fr.

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KOUADIO Aya Laurie (2020). Les microbes. “Nouveau visage de la criminalité à Abidjan”.  L’harmattan : Paris.

HARTNETT Matthew Joseph (2011). En Búsqueda de nuevos espacios juveniles: las maras y estrategias de prevención social en El Salvador.  Editorial Academia española.

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MAUFFETE Antoine Samuel Alavo (2013). Mainmise sur la gouvernance ? Le contrôle territorial des bidonvilles par les gangs de rue et la réponse étatique au Brésil et au Salvador. Mémoire de Master. Montréal.

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CLAVERIA Julio Rivera (2013). Las maras, el fenómeno criminal del siglo XXI.  Lic: Guatemala.

BRAVO Rebecca Gracia (2013). Maras en Centroamérica y México (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, El Salvador).  Informe de la comisión española de ayuda al refugiado: Madrid. www.cear.es (20-7-2021).

[1]Texte d’origine : c’est à la fin de la crise postélectorale, [que] la Cote d’Ivoire s’aperçoit que des enfants, essentiellement âgés de huit à dix-sept ans, sont dans les rues d’Abidjan munis d’armes”

[2] Texto de origen: le blanchiment d’argent entraine d’énormes sommes de devises étrangères (surtout des dollars américains) dans les marchés nationaux et internationaux. Ce flux de grosses sommes de narcodollars peut être déstabilisant pour un état affaibli, car il génère une fausse appréciation de la monnaie locale face aux devises fortes.

[3]Texto de origen: Le niveau éducatif atteint par la population reste insuffisant. Malgré l’extension de la couverture scolaire dans l’enseignement de base, on constate encore l’existence de niveaux élevés d’analphabétisme. Dans la majorité des pays, le taux d’analphabétisme est encore supérieur à 15%, chiffre qui est plus élevé que la moyenne pour l’Amérique latine. […] malgré les importants efforts pour satisfaire la demande scolaire, plus de la moitié des enfants en âge préscolaire et au niveau secondaire ne fréquentent pas l’école. La scolarité primaire universelle n’est pas encore atteinte : au Nicaragua, la scolarisation se situe à 82% et à 85% au Guatemala. Pour le secondaire, elle varie de 36% au Nicaragua à 62% à Panama.

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